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Hace menos de un año que entrevisté, por segunda vez, a Santiago Cuerda Cañas, después de haberme explicado su idea de hacer realidad el concepto de “Colmenas Compartidas”, y en esta segunda ocasión noté en su voz un timbre de felicidad cuando me hablaba de “Tierras apícolas”.

Sus argumentos son del todo sólidos y razonables, porque, al llevarse a cabo, serían muchos los aspectos que se plasmarían en una realidad del todo beneficiosa para la sociedad en su conjunto, partiendo de la base de la importancia que, cada día más, está alcanzando la apicultura, y que, podría ser la clave para resolver el dramático problema que ya conocemos como “España vaciada”, cuya negra sombra ya está amenazando el 35 % de la geografía española.

“Tierras apícolas” será la clave para resolver ese y otros muchos aspectos más, si pensamos que la gran mayoría de los apicultores –que gestionan tres millones de colmenas en nuestro país- llevan a cabo una labor trashumante, a lo largo del año, buscando la mejor latitud y longitud de los terrenos, según la temporada, y con ello se polinizan los campos de la mejor forma conocida, gracias a la labor de nuestras queridas amigas las abejas.

Pero, como muy bien subraya Santiago Cuerda, estas tierras pueden ser tanto de propiedad pública, como de particulares.

También es importante que vayamos perdiendo ese miedo ancestral a las abejas; estos insectos no suelen picar, si no se les molesta, dejándoles un área de espacio suficiente en su entorno alrededor del colmenar; esa alteración en su comportamiento de las abejas es más notable momentos después de haberse llevado a cabo el traslado de la trashumancia. Para mí son muchos más peligros los “insectos” de dos patas, que abundan lamentablemente en nuestro país; estos canallas, después de vigilar la ausencia de sus propietarios, llegan a robar colmenas, cuando no cierran o tapan las puertas de entrada de las abejas a la colmena, condenándolas a un muerte terrible, como he tenido ocasión de comprobar en algunas ocasiones.

Quiero felicitar a Santiago Cuerda por la meritoria labor de protección a las abejas, pensando en esos proyectos que ya están recibiendo sus frutos, a nivel nacional, mientras mejora la calidad de vida de estos valiosos insectos, en todos los sentidos.

Jesús Ávila Granados

Periodista y escritor. Redactor de la revista «Vida apícola».

www.jesusavilagranados.es

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